martes, 8 de diciembre de 2009

Tipografìa del siglo XXI


John Hudson-Director - Marketing Program at UADE Business School
Argentina - afirmaba que, a comienzos del siglo XXI, el diseño de tipografía estaba yendo hacia un renacimiento internacional en gran parte debido al deseo de la industria informática de vender software y hardware a gente que habla otras lenguas distintas al inglés. La tipografía se ha visto inmersa en la internacionalización del ordenador con lo que ello supone a nivel económico y cultural pues, como ha señalado Robin Kinross, la tecnología informática ha sumergido a letra en ese fenómeno que denominamos globalización.
Siguiendo a Hudson, se podría decir que la internacionalización del ordenador ha supuesto que, de alguna manera, los diseñadores de alfabetos se hayan visto implicados en los desarrollos económicos y culturales ligados a la globalización. Es inevitable. El diseño de tipos es un arte y un oficio pero, también, un negocio.
Por otra parte, y como ha sucedido en otros campos del diseño, en el tipográfico el proceso de globalización ha provocado numerosas reacciones, entre ellas la revalorización de las tradiciones locales y la búsqueda, a través de ellas, de una identidad propia. En los últimos quince años estamos asistiendo a un proceso de recuperación de fuentes inspiradas en la cultura popular o, directamente, surgidas de investigaciones en la historia local. Paradójicamente, cuanto más local resulta una fuente más internacional es, pues en un momento de uniformidad, y en un mundo interconectado, lo singular alcanza la máxima atención. Gracias a Internet, hoy en día, la tipografía tiene la posibilidad de viajar en segundos por todo el mundo. Así, lo local se ha vuelto global pues, lo global, en el fondo no ha dejado nunca de ser local. No olvidemos que Coca-Cola siempre ha sido estadounidense.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Grandes maestros de la tipografía: Bruce Rogers



Bruce Rogers nació en Lafayette, Indiana (USA) el 14 de mayo de 1870. Estudió Arte en la Universidad de Purdue y en sus primeros trabajos se aprecia una gran maestría caligráfica. Empieza a trabajar para J. M. Bowles que editaba la revista Modern Art y en 1896 se convierte en el Director de Arte de la Riverside Press donde trabaja durante los próximos seis años. En el año 1909 produce una versión del tipo de Caslon que se conoce como Riverside Caslon y en el año 1912 se convierte en un diseñador “freelance” con clientes como Alfred Knopf, Pynson Press, Lakerside Press entre otros.
Bruce Rogers diseña su primer tipo conocido como Montaigne en 1902 para la Riverside Press. Este tipo es un revival del de Jenson y fue grabado por Robert Wiebking en un tamaño de 16 puntos. En 1914 Rogers diseña Centaur para el New York Metropolitan Museum, tipo que fue editado en 1929 por Monotype. Centaur esta basada también en el tipo de Jenson. En 1916 se traslada a Inglaterra para trabajar junto a Emery Walker en la Mall Press donde compone e imprime personalmente una exquisita colección de copias de Sobre la forma de la letra de Durero, tarea que completa a principios de 1917.


A finales de este año se convierte en el Consejero Tipográfico de la imprenta de la Universidad de Cambridge y es aquí donde entra en contacto con la alta calidad de la imprenta inglesa y donde nace su entusiasmo con los tipos de Baskerville, que descubrió en la magnifica impresión que hizo este de la Biblia. Durante su estancia en Cambridge, Rogers también diseñó un tipo para usar en carteles para la Meynell´s Pelican Press, pero el comienzo de la guerra impidió su edición comercial.
En 1919 Rogers vuelve a Estados Unidos y comienza a diseñar libros para William E. Rudge entre los que se encuentra una pieza maestra del diseño tipográfico del siglo XX, la Oxford Lectern Bible que enlaza en el tiempo con la impresión también de la Biblia que realizó John Baskerville en 1763 y que tan honda impresión causo en Bruce Rogers.

martes, 1 de diciembre de 2009

¿Un alfabeto universal?

El aporte de Bauhaus en lo referente al diseño de tipografías es, en el mejor de los casos, modesto. Fue Herbert Bayer, destacado alumno luego profesor, quien a mediados de la década de 1920 diseñó la fuente tipográfica más paradigmática de la institución: el alfabeto Universal. En base a formas circulares y trazos rectos evitó cualquier reminiscencia caligráfica. A fuerza de regla y compás, que redujo al mínimo la diferenciación entre grafemas, intentó borrar toda huella de imperfección humana: se trataba de purificar las formas tipográficas, liberarlas de su carga cultural. En resumidas cuentas, se aspiraba a la invención de un alfabeto monosémico de alcance y validez mundial.
La Bauhaus ha profundizado todos los problemas que conciernen a la tipografía y ha reconocido justas las argumentaciones aducidas a favor de la escritura unitaria.

Resulta ilustrativo que a la fuente tipográfica de Bayer se le haya dado, al menos en nuestro idioma, el nombre de alfabeto Universal, definición que no sólo pretende universalidad sino que alude la invención de un alfabeto.


¿Qué es tipografía?


Definimos la tipografía como el arte o técnica de reproducir la comunicación mediante la palabra impresa, transmitir con elegancia y eficacia, las palabras.

La tipografía es el reflejo de una época. Por ello la evolución del diseño de las mismas responde a proyecciones tecnológicas y artísticas. El signo tipográfico se ha considerado como uno de los miembros más activos de los cambios culturales del hombre.

En los primeros signos de escritura, cada signo nos expresa una idea, un concepto o una cosa; estos signos se combinan entre sí para comunicar ideas más complejas. Estos sistemas de escritura son los pictogramáticos, jeroglíficos e ideogramáticos.

El campo tipográfico, abarca la realización de libros, periódicos, anuncios publicitarios, revistas, etc... y cualquier otro documento impreso que se comunique con otros mediante palabras.